Despido por bajo rendimiento laboral: Causas y alternativas
En el competitivo mundo de los negocios, la eficiencia y el desempeño de una empresa van más allá de ser que simples metas u objetivos; son aspectos fundamentales para mantenerse a flote y prosperar con éxito. Muchas compañías se encuentran en una constante carrera para mejorar y optimizar sus procesos, superar las expectativas de los clientes y lograr un crecimiento sostenible.
La capacidad de operar de manera efectiva y obtener resultados de alta calidad no solo diferencia a una empresa en el mercado, sino que también puede ser determinante en su supervivencia a largo plazo. Por ello, la búsqueda constante de buenos resultados y la necesidad de mantener una fuerza laboral altamente productiva hacen que sea crucial comprender las motivos y acciones a tomar ante el bajo rendimiento laboral de uno o varios empleados.
En este nuevo artículo de nuestro blog, examinaremos en profundidad las causas por las que un trabajador pueda manifestar un bajo rendimiento laboral, analizando también las estrategias, medidas y respuestas que puede aplicar la empresa antes de recurrir al recurso del despido. ¡Sigue leyendo!
Causas del bajo rendimiento laboral
Se puede definir el «bajo rendimiento laboral» como una situación en la que un trabajador o un grupo de empleados no logra alcanzar los estándares de desempeño esperados en el contexto de sus responsabilidades o actividades asignadas. Se caracteriza por una falta de cumplimiento de expectativas predefinidas, lo que resulta en un nivel insatisfactorio de resultados o logros.
El bajo rendimiento laboral puede manifestarse de diversas formas, como la incapacidad para completar tareas dentro de plazos establecidos, la producción de trabajos de calidad inferior o la falta de iniciativa para mejorar o aprender nuevas habilidades. Es importante destacar que el bajo rendimiento laboral no siempre está relacionado con la falta de esfuerzo; en algunos casos, puede estar vinculado a problemas de comunicación y de salud.
En un entorno laboral, identificar y abordar el bajo rendimiento laboral es crucial para medidas adecuadas que permitan abordar el problema, mantener la productividad, la moral del equipo y el cumplimiento de los objetivos organizacionales. Algunas de las causas más comunes del bajo rendimiento laboral son:
- Falta de claridad en las expectativas laborales: Cuando un empleado no tiene una comprensión clara de sus responsabilidades, objetivos y metas, es más probable que su desempeño se vea afectado. La falta de dirección puede llevar a la confusión y la realización de tareas incorrectas o inadecuadas.
- Falta de habilidades y capacitación adecuadas: Si un empleado no posee las habilidades necesarias para llevar a cabo su trabajo de manera efectiva, su rendimiento se verá comprometido. La capacitación insuficiente o la falta de actualización en las habilidades también pueden ser factores contribuyentes.
- Problemas de salud y bienestar: Los problemas de salud física o mental pueden tener un impacto significativo en el rendimiento laboral. El estrés, la fatiga, las enfermedades prolongadas y otros problemas de bienestar pueden disminuir la energía y la concentración de un empleado.
- Desmotivación y falta de compromiso: La falta de motivación intrínseca o la desconexión con los objetivos de la empresa pueden llevar a un menor compromiso con el trabajo. Los empleados desmotivados tienden a realizar sus tareas de manera superficial y sin el entusiasmo necesario.
- Problemas de feedback: La falta de comunicación efectiva entre empleados y supervisores puede llevar a malentendidos y errores. La ausencia de retroalimentación constructiva y orientación también puede dificultar la mejora del rendimiento.
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Indicadores y reconocimiento del bajo rendimiento
Un temprano reconocimiento del bajo rendimiento laboral es esencial para abordar cualquier problema que puedan experimentar los empleados y acabe por afectar a la empresa, así como para tomar las medidas correctivas que se consideren oportunas por la compañía. Para identificar si un empleado está experimentando un bajo rendimiento laboral, es necesario que el responsable, superior, asesor laboral o técnico en recursos humanos siga una serie de pasos evaluativos que sirvan para realizar una valoración general del trabajo que realiza el trabajador.
- Evaluación de resultados y metas no alcanzadas: Comparar los resultados reales con los objetivos y metas establecidos puede revelar si un empleado no está cumpliendo con las expectativas. Si consistentemente no logra los resultados deseados, puede ser un indicio de bajo rendimiento laboral.
- Comparación con estándares y compañeros de trabajo: Comparar el desempeño del empleado con los estándares de la industria y con otros colegas en roles similares puede ayudar a identificar discrepancias significativas en la productividad y la calidad del trabajo.
- Seguimiento de desempeño: Mantener un flujo constante de retroalimentación y seguimiento del desempeño permite detectar problemas en etapas tempranas. Si se observa una disminución constante en la calidad del trabajo o en la eficiencia, es posible que exista un problema de bajo rendimiento laboral.
- Feedback de clientes o usuarios: Las opiniones y quejas de clientes o usuarios pueden ser indicativos de bajo rendimiento laboral si se relacionan con la calidad del trabajo o la satisfacción con los servicios proporcionados.
- Ausencia de iniciativa o compromiso: Si un empleado muestra una falta de interés en mejorar, aprender nuevas habilidades o asumir responsabilidades adicionales, podría ser una señal de que está experimentando bajo rendimiento laboral.
Medidas a tomar antes del despido
Antes de considerar el despido por bajo rendimiento laboral, es importante abordar la situación de manera proactiva y brindar al empleado la oportunidad de mejorar su rendimiento. Tomar medidas adecuadas en esta etapa puede resultar en una mejora significativa y evitar la pérdida de talento.
El objetivo de estas medidas es brindar al empleado las herramientas y el apoyo necesarios para superar el bajo rendimiento laboral y demostrar mejoras significativas. Establecer un proceso estructurado y transparente para abordar el bajo rendimiento demuestra una inversión en el desarrollo de los empleados y refuerza una cultura de mejora continua en el lugar de trabajo. En última instancia, estas medidas pueden llevar a un aumento en la productividad y al bienestar tanto del empleado como de la organización:
- Comunicación abierta con el empleado: Iniciar un diálogo honesto y respetuoso con el empleado es esencial. Escuchar sus perspectivas y preocupaciones puede proporcionar información valiosa sobre las posibles causas del bajo rendimiento laboral.
- Establecimiento de objetivos claros y alcanzables: Definir objetivos específicos y realistas en colaboración con el empleado puede ayudar a enfocar sus esfuerzos y proporcionar un sentido de dirección claro.
- Planes de capacitación y desarrollo personalizado: Identificar las áreas en las que el empleado necesita mejorar y proporcionar capacitación y desarrollo específico puede ayudar a cerrar las brechas de habilidades y aumentar su rendimiento.
- Apoyo en la mejora de condiciones de trabajo y bienestar: Evaluar y abordar factores que puedan estar afectando negativamente el desempeño, como problemas de salud o condiciones de trabajo inadecuadas, puede contribuir a una mejora en el rendimiento.
- Posibilidad de cambio de roles o áreas: Si se identifican problemas específicos en el área de trabajo actual, considerar un cambio de roles o asignación a una área donde el empleado pueda prosperar puede ser una solución viable.
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El proceso de despido por bajo rendimiento
Aunque se busca resolver el bajo rendimiento laboral a través de medidas de mejora, en ciertos casos el despido puede ser necesario si no se observan mejoras sustanciales a pesar de los esfuerzos realizados. El proceso de despido por bajo rendimiento laboral debe llevarse a cabo de manera profesional y en conformidad con las leyes laborales vigentes.
El despido por bajo rendimiento se considera como un despido disciplinario, tal y como se contempla en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores. El proceso debe ser llevado a cabo con cuidado y sensibilidad, reconociendo que puede ser una experiencia difícil para el empleado y que también puede tener un impacto en el equipo y en el entorno laboral en general. Por lo tanto, es fundamental gestionar esta situación manteniendo el enfoque en el bienestar de todas las partes involucradas.
El procedimiento habitual para realizar un despido por bajo rendimiento laboral consta de seis fases:
- Documentación y evidencia del bajo rendimiento: Antes de proceder con el despido, es fundamental recopilar evidencia objetiva del bajo rendimiento, incluyendo ejemplos concretos, resultados insatisfactorios y retroalimentación documentada.
- Cumplimiento de normativas laborales y regulaciones: Asegurarse de que el proceso de despido esté en cumplimiento con las leyes laborales y regulaciones aplicables es esencial para evitar problemas legales en el futuro.
- Entrevistas formales y oportunidades de mejora: Antes de tomar una decisión definitiva de despido, es recomendable llevar a cabo entrevistas formales con el empleado. Durante estas conversaciones, se deben proporcionar detalles claros sobre el bajo rendimiento laboral, dar la oportunidad al empleado para expresar sus perspectivas y discutir posibles mejoras.
- Notificación y proceso de desvinculación: Si a pesar de las oportunidades de mejora el rendimiento sigue siendo insatisfactorio, se debe notificar al empleado sobre la decisión de su desvinculación. Proporcionar información sobre la fecha de finalización, los beneficios y el proceso de salida es esencial.
- Apoyo emocional y transparencia: Durante todo el proceso, es importante ser empático y brindar apoyo emocional al empleado. Proporcionar explicaciones claras y transparentes sobre las razones del despido puede ayudar a reducir la incertidumbre.
- Respeto por la confidencialidad: Mantener la confidencialidad del proceso de despido es crucial para proteger la reputación del empleado y la organización.
Alternativas al despido
El despido por bajo rendimiento laboral no siempre es la única opción, y en muchos casos, explorar alternativas puede ser beneficioso tanto para el empleado como para la empresa. La consideración de estas alternativas no solo puede ayudar a preservar el empleo del individuo, sino también a cultivar un ambiente laboral que fomente el desarrollo profesional.
Antes de optar por el despido, es fundamental explorar estas opciones y determinar si alguna de ellas puede llevar a una mejora significativa en el rendimiento del empleado:
- Reasignación a un rol más adecuado: Evaluar si el empleado podría ser reasignado a un rol que mejor se adapte a sus habilidades y fortalezas puede evitar la pérdida de talento y contribuir a una mayor productividad.
- Programas de mentoría y coaching: Asignar un mentor o coach al empleado con bajo rendimiento laboral puede brindarle orientación y apoyo específico para mejorar su desempeño. Esta inversión en desarrollo profesional puede resultar en mejoras sustanciales.
- Planes de mejora del rendimiento a corto plazo: Establecer un plan de mejora del rendimiento con objetivos claros y plazos definidos puede dar al empleado la oportunidad de demostrar mejoras tangibles en un período específico.
- Apoyo adicional de capacitación: Proporcionar capacitación adicional y oportunidades de aprendizaje puede ayudar al empleado a cerrar las brechas en sus habilidades y mejorar su rendimiento.
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Conclusiones
Gestionar el correcto rendimiento de una empresa, y de los empleados que forman parte de ella, es una tarea elemental que toda organización debe cuidar con tal de mantener y lograr el crecimiento económico y el bienestar de sus trabajadores. Es por ello que, antes de llevar a cabo medidas disciplinarias, se deben considerar las causas que han motivado el bajo rendimiento laboral de un trabajador, y explorar las alternativas que existen con tal de mejorar y enmendar la situación.
Esta tarea es una de las razones por las que se recomienda que toda empresa cuente con un profesional cualificado y especializado en materia y legislación laboral que pueda realizarla. Gracias al Máster en Asesoría Laboral de Empresas de la Escuela de Negocios Cámara de Sevilla los estudiantes pueden adquirir una comprensión profunda de las leyes laborales, las regulaciones y las mejores prácticas en la gestión del rendimiento. Además, se abordan temas como la comunicación en el entorno laboral, la resolución de conflictos y la ética en la toma de decisiones.
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